Hey. No, el título no es una errata si es lo que estás pensando.
Viene a cuento de que hace un par de horas estaba revisando mi correo y encontré un mail que era una de las clásicas presentaciones donde te dicen que hay satélites vigilando cada cuanto vas al baño y de ahí descubren si eres un comunista revolucionario en potencia. No. Esa presentación se cagaba precisamente en ese tipo de mensajes, y en las cadenas y en toda su familia.
Me dio que pensar, y tras darle unas cuantas vueltas al coco, Billy se me apareció (efectos de tomar chocolate amargo y un bocadillo y montarte en una montaña rusa) y me reveló una historia rara de cojones. Eso sí, no tenía copiríght ni nada, mu majete el Billy.
Aquí os va la historia:
Wendy se despertó sobresaltada: su móvil estaba sonando
-¡Oh no! Me he dejado el móvil encendido y cargándose ¡¡¡AHHHHH!!! -La pobre chica intentó agacharse huyendo de la onda expansiva porque su móvil había explotado –Mierda... ¡¡Mierda, mierda y mil veces mierda!! ¡Que ayer me había bajado tres putos politonos y un juego! –Se quedó callada como una tumba porque oyó unos pasos dirigiéndose a su habitación.
-Hola, Wendy ¿bajas a desayunar? –vio a su madre asomándose por la puerta de la habitación, haciendo caso omiso de la quemadura y del hilillo de sangre que recorría la frente de su hija (el oír los partidos de baseball a todo volumen de su marido a todo volumen y tragarse cinco horas diarias de telenovelas la habían dejado prácticamente sorda y ciega)
Tras limpiarse la frente con el mismo pañuelo que usaba para limpiar el requesón de los miembros del equipo de rugby ‘’son mocos, mami’’, Wendy bajó a la cocina de aquel adosado de la calle Gaudseifamica. Allí encontró a su madre vigilándolo todo, a su padre yéndose al trabajo tomando café y un donut ‘’llego tarde, cariño’’, a su hermano nervioso, esperándola a ella ‘’no tengo hambre, mamá’’
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FIN DEL TRÁILER
Como veis, Billy no tiene mucha imaginación.
Bueno, ¿qué decís? Guapo, puta mierda, al amigo de un primo le pasó... ¡Comentad, comentad!